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Un lujo contar con Ana María Parodi, gran constructora de la cultura,
buena amiga y bella persona de bien.
FINAL ABIERTO - Por Ana María Parodi
Capítulo 1
El Último Café
Estuvieron en
silencio. Rehuyendo las miradas, igual que en los últimos dos días. Él dijo alguna
que otra frase sin importancia y con algo de sarcasmo. Sofía prefería no hablar,
toda palabra u opinión podía ser una bomba de estruendo, intimidada ya, estaba
casi arrepentida de haber abierto la boca durante la cena; “casi” arrepentida porque muy íntimamente sabía que Daniel ya
formaba parte de su vida y debía ser sincera para hacer posible cualquier
futuro probable. Sabía que él estaba molesto, incómodo, tal vez herido, pero
impecable como siempre, sin una sola expresión de sus emociones totalmente
controladas. Había intentado conocerlo, escanear su interior para poder
comprender sus reacciones, mirarlo con rayos x a través de la minúscula abertura que él había
dejado al descubierto.
Llegaron temprano a
Aeroparque, sin embargo, el tiempo se relativizaba y por momentos parecía
interminable; Sofía deseaba detenerlo, eternizar esos minutos que pasaban
juntos, y que podrían ser los últimos en mucho tiempo.
No hubo beso amoroso
y sentido, sólo dos piquitos que no dijeron
Te Quiero, o Te espero, o Te Extrañaré. Solo dos piquitos sin abrazo de
despedida. Una mujer intensa como Sofía, deseaba una demostración apasionada,
necesitaba romper el dique de contención emocional en el que se había
acostumbrado a vivir.
Tomó su bolso, su
equipaje de mano, caminó hacia el pre embarque sin darse vuelta ni por un
instante y desapareció tras el vidrio opaco y ciego, una metáfora del tiempo y la distancia que
separaría sus vidas, sus recuerdos, la realidad de la ilusión, sus mundos
paralelos.
Buscó la puerta 11 y
allí un asiento aislado. Alma solitaria, si las hay, necesitaba sentirse libre,
respirar profundo, sin ser juzgada o cuestionada. Reencontrar su propio ser, su
naturaleza autosuficiente -si es que existía- recuperar el control. Enjugó
lágrimas indiscretas, recordó haberse jurado a sí misma no volver a llorar por
un hombre y lo estaba haciendo por temor a no volver a verlo, por no poder
comprender aún nada de lo vivido, por esa separación tan llena de incertidumbre.
Saturada de
celulares y mensajes de whatsapp dejó el teléfono en el bolso y recostó la cabeza
en espera del embarque. Su mente voló, quiso quedarse, revivir los primeros y mejores
momentos de aquel encuentro.
La había recibido un
hombre más avejentado de lo que recordaba, sencillo, con short y camiseta de
las más simples y caseras; Sofía celebró esa sencillez y falta de protocolo,
lejos del glamour y la imagen, la ayudaba a relajarse, a ubicarse con mayor
familiaridad. No le fue ajeno –por percepción, más que por razón- que él trataba
de disimular y controlar la emoción y nerviosismo del momento. Pero todas las
mujeres tenemos algo de hechiceras en el linaje, y Sofía no era menos, sintió
en todo su cuerpo la coraza de Daniel, incluso mucho más fuerte que la propia.
Ninguno de los dos supo
qué hacer, o por dónde empezar. Quedaron frente a frente:
-
‘Hola’.- dijo
él.
-
‘Hola’. -
respondió Sofía.
Entonces el abrazo. Profundo.
Deseado. Tal vez el más amoroso que experimentaran en mucho tiempo. Daniel pasó
la mano por su cintura y la abrazó bajo la blusa. Ella correspondió al abrazo apretando
los brazos alrededor del cuello y espalda sintiendo la caricia y la suave
respiración, el casi imperceptible temblor de él sobre el cuello, mientras en
su mente repicaba el poema de Benedetti “tal
vez me estalle el cuerpo/todo lo que he esperado”….el beso en sus labios supo
a frutas olvidadas. ¿Cuánto hacía que un
hombre no la tocaba, cuánto tiempo sin un beso en la boca?... al fin despertaba
de su letargo, volvía a temblar ante el deseo de un hombre, tibia ternura, algo
parecido a ser amada. Nadie podía saber lo que para ella significaba ese
instante de tal intensidad y trascendencia que luego supo, tampoco podría
compartir verbalmente con él.
Como si alguien la
hubiese sorprendido in-fraganti soltó sus brazos dejando caer el bolso; el
alta-voz la derrumbó nuevamente en la realidad de su asiento, borrando la magia
del recuerdo.
-. “Pasajeros
del vuelo 1456 abordar por puerta nº 11.”
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Ana María Parodi, escritora, actriz, productora y directora de obras teatrales; nacida en la ciudad de
Córdoba y radicada en Salta desde niña
En
2000/01 Crea los Talleres de Arte en la cárcel de Villa Las Rosas, por lo que Obtiene Reconocimiento de la Secretaría de Cultura de la
Nación.-
Desde 2003 toma
a su cargo el re funcionamiento y puesta en valor del SALON AUDITORIUM "Dr. Rafael Villagrán", realizando la administración, dirección
y producción hasta el día de hoy. Desde allí produce y realiza desde 2010 el
“Encuentro Escénico Nacional TEATRO INFINITO” ,e instituye en nombre de la sala los PREMIOS VICTORIA A LAS ARTES
ESCÉNICAS, único galardón que se entrega desde 2013 a la fecha, en reconocimiento
a los artistas escénicos de Salta.
En
literatura publicó: ENTRE SOLEDADES Y SILENCIOS, Edición R. Club; Participa en
Antologías. MANIFIESTO POÉTICO, Edición Retorno; ALQUIMIA DE SUEÑOS, Edición SALAC Mendoza; POESÍA DE LA MUJER ARGENTINA,
Edición Fiorentino, Bs. As.. HISTORIAS QUE NO CONTAMOS, Edición. Hanne. Y participa
en CD “VOCES VIVAS”, Producido por la Secretaría de Cultura de Salta -
Entre
otras nominaciones, premios y distinciones:
- PREMIO PHERSU: Mejor Actriz Protagónica por la Obra: Eva y la Muerte.
- PREMIO PODESTÁ 2012 otorgado
por Asociación Argentina de Actores y Honorable Senado de la Nación.
- GRAN PREMIO VICTORIA, Otorgado por sus
pares, en Honor al Trabajo Permanente, Disciplina y Ética Profesional y
Personal.
- RECONOCIMIENTO AL MÉRITO ARTÍSTICO. Ley 6475 – 87 – Otorgado por el
Gob. de la Prov. De Salta.
- PREMIO “SOL ANDINO” 2015 – APORTE A LA CULTURA – Otorgado
por FUNDACIÓN CABLE EXPRESS Y EMPRESAS ASOCIADAS.
- PREMIO LOLA MORA, a Mujer
Destacada en Gestión Cultural Otorga: HONORABLE SENADO DE LA NACION.